" La propia Naturaleza asume la función de componer imagenes, inmediatamente dispuestas a ser reproducidas en una forma artistica. " ( Theóphile Thoré, 1847 ).
Su ubicación a 4 Km. del mar Cantabrico y a solo 250 m. de altitud, hacen de este lugar un hayedo donde se pude revivir su centenaria existencia, un auténtico cementerio de " fayas " rodeado de vida.
Durante los recorridos en los otoños e inviernos de 2010 y 2011 que hicimos en este paraje sombrio, misterioso y con la huella del hombre en su trabajo y caminar, descubrimos un orden y equilibrio sorprendente.
Vegetación, hayas, rocas, tierra, agua... y todos los verdes, marrones, ocres, grises, blancos, negros... la mina " La Toya ", el tiempo los ha integrado en el todo, nada sobra.